Paso a contaros otra aventura de ésta, vuestra servidora.
En esta ocasión trail (que no es lo mismo que trial, oigan)
Hace un par de meses... andaba últimamente servidora bastante “aturullao” de la cabeza por casos y cosas que no vienen a cuento, por lo que decidí (por prescripción facultativa) hacer novillos en el curro y salir a despejarme.
Se lo comenté a mis jefes y... ¡permiso concedido!
Cumplidora que es una, cuando sus superiores le dejan a una hacer estas cosas.
Porque mis jefes (y mi "jefa") saben de buena tinta... que cuando me encuentro mal, empanao o “aturullao”...el hecho de salir con la moto a dar una vuelta, me despeja y aclara la mente.
Y después rindo mas.
Con mis jefes.
Y con mi "jefa".
A lo que vamos.
Pedí permiso (también) a mi compadre Arapahoe y me dispuse a disfrutar de otra jornada con una moto en la entrepierna.
Tras dejar al crío en el cole me “romanicé” (o sea, vestirse de Romano) y por carreteras secundarias me dirigí en busca de unas presas hidrológicas para comprobar si están soltando agua... y disfrutar del espectáculo.
Tras algo menos de una hora, ya estoy en la primera presa y compruebo desilusionado como aquello no suelta agua alguna.
Unas fotos y sigo por carreteras secundarias y bacheadas en busca de la segunda.
Según me voy acercando al sitio, no puedo por menos que detenerme a observar ciertos ríos que van de agua hasta arriba.
¡Buena señal...!
Mientras, en completo silencio, disfrutaba de la soledad, del ruido del agua corriendo y... en fin.
Una imagen mejor que mil palabras.
Volví a cabalgar intercalando carreteras secundarias con algún que otro tramo de pistas fáciles.
Y volví a notar la sensación de lo que tantas y tantas veces he percibido: para llevar este tipo de motos "en lo marrón" hay que tener las cosas muy claras.
A la mínima que se complique el terreno... ¡mucho cuidadín...! pues te puedes hacer pupita con mas de 200 kg entre las piernasssss...
Recordé que por las cercanías había un embarcadero en el río Durius, dedicado ahora a rutas turísticas y hacia el me encaminé por otra carretera serpenteante, con continuas curvas 360 grados y firme en mal estado.
¡Nada insalvable para La Cananas y una "nuevenoventa"...!


Volví tras mis pasos y se me vino a la mente otro paraje cercano.
¡Pos p’allà que tiro...! me dije "amimismomismamente".
Se trata de buena cascada de bastantes metros en la que el agua muestra toda su fuerza y poderío.

Tras recorrer varios kilómetros por una pista fácil en la que la única dificultad es cruzar los tramos de barro con esta maquina entre las piernas, dejé la moto aparcada y tras un par de kilómetros a pata, pude disfrutar de este espectáculo visual.




Regresé hasta donde había dejado la moto y volví a sacar la misma conclusión de otras veces: el andar no es para mi.
Tras subirme en la moto, volví por otro camino distinto. Ancho, en buen estado, pero con mucho ojo pues las ruedas que tiene la "nuevenoventa" no se llevan nada bien con el barro.
Mmmmm... Esta mañana, antes de salir, tuve la precaución de ponerle las maletas laterales.
A pesar de llevarlas vacías, estoy convencido de que me facilitaran bastante las cosas a la hora de levantarla, en el supuesto de que "la ponga en posición horizontal..."
Dios no lo quiera...
Conseguí salir de aquel camino, volver a lo negro, y por carreteras nuevamente secundarias y en mal estado (bueno... ¡depende como se mire!) seguí disfrutando del entorno paralelo casi siempre al río Durius.

Poco mas de medida hora y ya estoy en la segunda presa que he elegido para visitar hoy.
No me preguntéis el nombre, pues me oriento fatal.

Esta si esta hasta las trancas y soltando agua, por lo que el espectáculo es bestial.
Un par de cigarros, varias fotos y me vuelvo a poner en movimiento casi siempre paralelo a aquel río de cuyo nombre tampoco me acuerdo.


En una de las múltiples paradas para hacer unas fotos, compruebo como tengo visita... en este caso aérea.
Pues ...¡lo tienes claro...!

Sigo cabalgando en esta "nuevenoventa" que tan buenos ratos me ha dado en múltiples ocasiones, siempre cerca y paralelo al río Durius, al mismo tiempo que voy pensando que para la de hoy, me había venido de perlas un casco tipo "jet" para que me fuera dando el aire en el careto.



Como quiera que el reloj avance deprisa, busque un sitio para comer.
Me detuve en un pueblo, busqué una posada y en ella degusté unas lentejas y un pollo guisado a buen precio.
Y con el bandullo lleno, volví a cabalgar en busca de otra presa cercana.


Tuve suerte y la tercera y ultima presa que quería visitar, también estaba soltando agua, por lo que volví a disfrutar del espectáculo del agua rebosando.



Allí dejé la "nuevenoventa" apoyada y me dediqué a dar un paseo por su entorno mientras volvía a tirar unas fotos... Otro rato bueno... ¡si señor...!


Y tal como ocurre cuando te lo estás pasando DPM, el reloj siempre avanza deprisa... por lo que hay que ir pensando en la vuelta a la vorágine diaria... y la cruda realidá.
Es por ello que regresé por carreteras ya menos secundarias hasta mi ciudad laboral para lavar la moto, repostarla y devolverla al garaje de mi compadre.


Así ocurrió y así se os lo he intentado contar el día diez y ocho de febrero de este año dos mil y catorce.
Día este en que me dediqué a cabalgar a lomos de la "nuevenoventa" de mi compadre Arapahoe, por tierras del oeste de Castilla.
A ti, compadre, decirte los de otras veces:
¡Gracias por el préstamo para gozar de esa manera...!
Y a vosotros Patarranes.
Y Patarranas, que se que hay alguna por ahí...
¡Un abrazo muy fuerrrrrte...!
Vuestra fiel servidora:
La Cananas







Que grande. Veo que los jabalíes se lo pasan bien en cualquier charco.
ResponderEliminarImportante colaboracion. Le seguiremos la pista.
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