No puedo negar que me gusta este claro homenaje a los "los clásicos" de los años 80.
La historia de un niño que desaparece en el pequeño pueblo de Hawkins.
No deja rastro.
Y en la desesperación por encontrarlo, amigos y familiares se ven envueltos... En fin.
Experimentos secretos, fuerzas paranormales, universos paralelos, algo de terror...
La cosa es un no parar.
Y una extraña niña que, pese a su terrible poder inspira la mas tierna de las compasiones.
Mas allá de esa "carta de amor" al cine de los 80 tenemos en Stranger Things otro producto de Netflix para ver del tirón... fácil, fácil.
Se nota la influencia de los "grandes éxitos" de Stephen King y también de Spielberg y tantos otros, muy al estilo de Súper 8
Y además como ésta última, también tiene ambiguedades y tristezas, agridulces, con elementos familiares, muy eficaces como tapaderas de la trama.
De hecho, hay suficientes dramas humanos y triángulos amorosos adolescentes como para darse el atracón un fin de semana de lluvia.
Sin despeinarse.
Wynona Rider está que se sale.
Y tanto el Sheriff (del que no recuerdo el nombre) como el "malo de la película" el oscuro investigador encarnado por Matthew Modine están tambien sublimes.
En general, todos y cada uno de ellos dá para un "Spin-Off"
Y sólo con eso ya es mas que suficiente para no perdérsela.
Que la disfruten con salud.
A ver que nos depara la segunda temporada.
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