BMW F800GS: Un poco de Románico nunca viene mal.

Amigos de la Fauna Ibérica.
Hay veces que a uno le entra la vena épica y las ganas de trascender.
Es decir, que tras una temporada de sequía, había gran necesidad de montar en moto, para entendernos.
Así que, aprovechando estos días de anticipo primaveral realizamos una ruta siguiendo los rastros del románico Segoviano. Una rodada entre los límites de esta provincia, la de Madrid, la de Soria y  la de Guadalajara.
Con el objetivo en mente de llegar a la Ermita de Santa María en Tiermes.  Mas lo que pudiera dar de sí la jornada.
Un objetivo conseguido, que les adelanto en la siguiente foto. Para que no haga presa en ustedes desazón ninguna.
Y después, ya si eso, me deciden si siguen leyendo a este humilde juntaletras.
Al lío.

Empezamos levantándonos a una hora adecuada, que ya tenemos una edad para pocos aspavientos.
Y también con la sana intención de evitar posibles hielos mañaneros en los puertos serranos que acometimos a primera hora.
Tras un par de ellos (que a ustedes ya les he descrito en mas de una ocasion por aqui) nos encontramos con la Iglesia de San Nicolas de Bari en una población Segoviana conocida por su maestría (y buen precio) en lechales, cochinillos y asados varios. A ver si me adivinan de cual les hablo.

Tras el pertinente documento gráfico, seguimos hasta otra localidad cercana, que nos ofertaba la preciosa Iglesia de San Miguel, con un entrada porticada, muy típica del románico de esta zona.
(Un elemento que se repetirá en lo sucesivo).
Lo mismo les digo, a ver si adivinan ustedes de que población les hablo.

Siguiendo la ruta y de camino a otra conocidísima población medieval, nos encontramos con la fantástica Ermita de la Virgen de las Vegas  casi a pie de la carretera. Con su entorno precioso en esta época del año y este tiempo inusual. Su pórtico está muy bien conservado.

Y en sus capiteles encontramos algunas imágenes interesantes.

Aparte de una cuádruple arquivolta en su puerta de entrada todavía con policromía. Bellísima.

En pocos kilómetros de carretera rápida, con buen asfalto y buenas curvas llegamos a la conocidísima villa medieval, ya mencionada.
Situada en el lado sur de su preciosa Plaza Mayor, encontramos la Iglesia de San Juan Bautista.
Sus remodelaciones a lo largo de los años, todavía nos dejan ver restos románicos, como su torre con arquería en su cima y el ábside. UN elemento éste último que ahora se puede apreciar desde una pequeña plaza, a la que se tiene acceso desde la Plaza Mayor a través de un pasadizo situado casi bajo la torre.
El "revestimiento" barroco  ha dotado al interior del templo de su encanto, conservando una pila bautismal, románica,del siglo XIII.

Y en la misma localidad, siempre un placer para los sentidos, tenemos la "cárcel vieja"
¿Saben ya de que villa les hablo...?

Tras abandonar tan singular villa, nos dirigimos hacia el puerto de Somosierra hacia dos poblaciones hermanas, una, "la de arriba" donde encontramos la Iglesia de San Roman.

Y de camino a la villa hermana, "la de abajo" se puede enlazar por unas pistas singulares...
El primer tramo rojizo, como pueden apreciar.



Mientras conforme se avanza, el firme se torna grisáceo, de una loma a otra.



Hasta avisar a lo lejos una ermita...

Que no es otra que la Ermita de la Virgen de Cerezuelo
Cerca de aquí ocurrió la batalla de Somosierra, enfrentamiento que dirigió personalmente Napoleón en la Guerra de la Independencia,  el 30 de noviembre de 1.808. Una buena carnicería.

Y tras dejar ermita y hermosas vistas de Somosierra, todavía  con nieve, nos dirigimos a la localidad "cabeza de partido" de la zona.

Entrando por uno de sus flancos...

Parando en la Ermita San Roque

Y observando la salida de los parroquianos de la misa de la muy noble y artística Nuestra Señora del Manto, con un imponente campanario de mas de treinta metros.



Sin olvidarnos de la espectacular Plaza Mayor de Riaza.

foto cortesia de tierradesabor.com

A la salida de Riaza, hay alguna que otra construcción de origen religioso, al parecer ahora vivienda particular.

Y después llegamos, por alguna que otra pista  y algo de carretera, a la espléndida Nuestra Señora de la Natividad, con un magnífico pórtico y entorno.

Retomamos el camino y nos dirigimos a la villa de Ayllón, otra población medieval por la que vale la pena callejear y perderse entre sus rincones y su historia.
Empezando por su arco de entrada...

El cauce fluvial primorosamente encauzado (con alguna terracita "de escandalo" para tomar un refrigerio al sol primaveral)

Y siguiendo, nada mas cruzar el arco medieval, por el Palacio de los Contreras
De fachada isabelina se halla rodeado con un cordón franciscano con tres escudos. Está declarado Monumento Nacional. Pero parece cerrado. Si los yankees tuvieran esto... vamos, les digo  yo que abierto 24x7 (es un decir).

En la Plaza Mayor de Ayllon, tenemos la antigua Iglesia de San Miguel
Es una iglesia desacralizada, con un retablo barroco en su interior y hoy sede de la oficina de turismo del municipio. Además de servir para algún que otro evento, como conciertos de música de cámara, impresionantes por la acústica del templo.

¿Cuantos niños habrán visto corretear a su alrededor algunas de estas piedras, con casi mil años a cuestas...?

Seguimos callejeando y nos encontramos la Iglesia de San Juan, hoy en día vivienda particular.
¿Se imaginan ustedes lo que debe ser entrar por a tu casa a través de una puerta que tiene...?
¿Ochocientos años...?
Con plaquita de latón con tu nombre y todo. Interesante.
E imponentes rosetones de Cruz de Malta en su pórtico principal.
Spain is different.

Siguiendo con el "callejeo" nos encontramos con El Convento de la Purísima Concepción (o de las monjas Concepcionistas).
Con un cartel que advierte de ser "propiedad privada".
Parece que la desamortización de Mendizábal todavía sigue viva por estos lares (en realidad sirve de alojamiento rural, según comprobé después)

Y así... divagando por entre las callejuelas, llegué a este lugar, antes de tomar el desvió de Maderuelo. Los llamados Claustros de Ayllon.

Estaba convencido que había dado con un importante monumento... 

 

De bella fachada e impecable aspecto.
Pero indagando mas tarde en los mares de internet, descubrí que se trataba del Ex-Convento de San Francisco, fundado por San Francisco de Asís en 1214
La historia nos cuenta que en él se reunieron don Fernando de Antequera, señor de Ayllón, la reina Catalina de Lancáster y el entonces rey niño Juan II, junto con fray Vicente Ferrer, poco antes de que el primero se convirtiera en rey de Aragón en 1411.
También pernoctó en su famosa hospedería, allá por finales del S. XVI, santa Teresa de Jesús, entre fundación de un convento y otro por la zona.
A la entrada del siguiente siglo, el convento ardió hasta los cimientos, sobreviniendo una importante reforma.
A principios del S. XIX, con la invasión Napoleónica, los monjes huyeron.
Entre 1802 y 1813 los frailes hubieron de dispersarse, acosados por las tropas francesas que habían invadido la Península.
Y a mediados del mismo, el Estado se hizo cargo del complejo y, al final, acabó siendo de propiedad privada.
Sus dos antiguos y magníficos retablos acabaron encontrando acomodo en la iglesia parroquial de Santa María de Riaza y en la de Santa Mayor de Ayllón
En la actualidad, funciona como establecimiento hostelero, con unas ruinas del claustro y ábside, ajardinadas y magníficamente conservadas.
Y... no ser lo pierdan
Es donde se casó el amigo David Bisbal...!

Para finalizar, por supuesto no hay que irse de Ayllón sin visitar la torre Vigía de La Martina y el Castillo.
Pero unas obras de restauración del entorno me impidieron el acceso motorizado.
Aún así, les dejo alguna foto (prestada), para que no se lo pierdan si tienen la ocasión.

 (foto cortesia de viajeros.com)

 (foto cortesia de viajeros.com)

Siguiendo con el  románico, no podíamos dejar de visitar la villa Maderuelo, bordeando el pantano de Linares. Un entorno singular, rudo, pero de gran belleza.
Y en especial la Ermita de la Vera Cruz de origen templario.

En su interior alberga unos frescos (reproducción de los originales) que se pueden visitar.

La explicación del guía, permite entender y apreciar la trascendencia que tenían los mismos.
Los frescos que en su día estuvieron en su interior, se pueden contemplar hoy en el Museo de El Prado.
Siguiendo con Maderuelo, esta es otra población medieval, digna de ser visitada.
Con arco de entrada y recinto amurallado.

La Iglesia de San Miguel

Y la imponente Iglesia de Santa María

Con el pertinente pórtico...

Y un espectacular arco de entrada.

Además de algún otro aditamento que no se si tendrá uso en la actualidad...

Tras la visita, retomamos camino de Somosierra de nuevo...

Pasando por algunos construcciones de arenisca roja que anticipan el destino

Con un valle, al fondo, que promete. Fíjense en ese pico del fondo.

Hasta que nos acercamos a la Ermita de Santa María de Tiermes, objetivo de la rodada como les anticipé al principio.

Otra construcción singular y porticada, como todo buen románico segoviano que se precie.

Y... cómo no.
Las Ruinas de Tiermes: Un lugar en el que bien vale perder toda una mañana.
Se lo aseguro.

Y de paso, rodar por sus alrededores.

Con alguna que otra sorpresa, como la Ermita Hispano Visigótica de la Virgen del Val

Y un entorno, propio de El Planeta Rojo

¿Recuerdan "el pico" que les comenté en una foto al principio del valle...?
Pues ahí lo tienen. Mas cercano, eso si.

Y para acabar, nos dió tiempo de visitar la  Iglesia de San Pedro en Grado del Pico, en el vértice oriental de la provincia, muy cerca del límite alcarreño.
Tiene una hermosa entrada porticada, aunque cegada.
De bellas proporciones y con algunos capiteles verdaderamente curiosos, en especial los de las columnas del arco de acceso.

Y hasta aquí llegó el día.
Casi quinientos kilómetros, muchas curvas, algo de pista y también algo de autovía para la vuelta.
Nos dejamos poblaciones y rutas para aventurarnos por ellas.
Pero eso ya, para la próxima.

Espero haberles mantenido entretenidos.

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