Road to Dakar con la Africa Twin. Un viaje de Roberto Peregrin (II)

Noveno Día.
Saint Louis. Senegal. 
En Sant Louis  tuvimos descanso de moto.
Y nos dedicamos a pasear por esta interesante y colorida cuidad.
Su centro histórico, situado en una isla en medio del rio Senegal, es Patrimonio de la Humanidad.
Por ello, abundan los edificios de la época colonial francesa, unos en mejor estado que otros. Afortunadamente ya se empezaban a restaurar para convertirlos en pequeños hoteles con encanto.
Alguno, de la mano de españoles como el bonito Hotel Siki, que contaba con el mejor restaurante de la ciudad.
El puente Eiffel que une la isla con el continente, lo mandó construir Louis Faidherbe en el s. XIX.
Tiene más de 500 metros de largo y pesa 1.500 toneladas. Uno de sus tramos se abre para permitir el paso de grandes barcos, pero no tengo claro que funcione hoy.

Un barco histórico que todavía funcionaba: El Bou El Mogdad.

Llevaba cerca de un siglo transportando por el Senegal todo tipo de mercancías, ganado y pasajeros, remontando el rio hasta Podor, atravesando una exclusa en la presa de Diama.
No os lo vais a creer pero...  Hace 18 años lo alquilamos entero para un grupo de amigos.
Seguía operando como entonces. Parecía como si -para el Bou El Mogdad- no hubiera pasado el tiempo.

Había bastantes mercancías esperando su turno en el muelle.
Los camarotes del barco eran sencillos pero suficientemente confortables.
Os aseguro que fué una experiencia muy agradable navegar en este trozo de historia flotante... y recordar otras aventuras pasadas, que también.

Una ovejitas esperaban para embarcar también.
No sabíamos si como ganado o como cena para los pasajeros.

Rezando al amanecer a orillas del Rio Senegal.

Y... También conocimos a un artesano local que practicaba su arte con bicis... Y CON MOTOS...!

A media mañana recorrimos con las motos la Lengua de Barberie hasta donde empezaba la arena. 

Porque a la mañana siguiente, pretendíamos partir hacia el Lago Retba o Lago Rosa.

Nos encontramos unos majestuosos baobabs llegando al lago, meta de los diferentes rallies de "aventura" (nótense las comillas).
El baobab (adansonia digitata) es un árbol sagrado en Africa, crece lento pero vive mas de 1.000 años, resiste bien la sequía y los africanos aprovechan sus hojas y frutos como alimento o para hacer zumos y remedios médicos.
El libro de El Principito dió a conocer para el gran público este hermoso árbol.

Y es que la figura de Saint Exupery es muy valorada en Senegal y sobre todo en Saint Louis, donde también hacia escala en sus vuelos trasatlánticos, al igual que en Tarfaya

Café 'la emboscada'..
Con ese nombre, no me atreví a entrar, pese a la WIFI. No sea que me asaltaran con los precios.

El maravilloso hotel o casa de huéspedes 'au Fil du Fleuve', solo 4 habitaciones en una casa antigua restaurada con mimo y con un ambiente elegante y acogedor

Y mas imágenes de Sant Louis y el día de asueto.

Podría ser un anuncio de Benetton, pero es la salida del instituto en San Louis de Senegal

Slow life in Senegal.

Algunos pescadores cuelgan cualquier bandera sin saber su significado. Cuanta inocencia, por Dios.

Y las mujeres de Saint Louis, siempre tan elegantes.
Llevaban sus coloridos bubús con muchísimo estilo... y a cualquier hora.

Nuestro hotel: La Maison Rose, un edificio histórico de la época colonial francesa, posiblemente siglo XIX y todavía no lo han renovado desde entonces... Maravilloso.

Décimo Día.
Lago Rosa - Dakar. 34 kms. Prueba superada!
Bien temprano, nos marcamos una visita matinal a los alrededores del lago Rosa.
Había poca gente recogiendo sal por la hora y la temperatura fresca, pero valió la pena el paseo.

Y aqui estamos en el Lago Rosa. Senegal.
En la Oficina Africana al calor de la Wifi de la recepción del hotel Crystaux Roses. El hotel esta muy cascado, pero son amables.



Luego seguimos hasta la meta del viaje, Dakar.
Una ciudad que ya visité varias veces en los últimos 20 años. La nueva autopista de peaje recién inaugurada hace que vayamos rápidos... hasta el tapón tremendo de la entrada a Dakar.
El trafico era demencial, lento y desordenado.
Hasta el punto de ver varios vendedores de cacahuetes, caramelos, periódicos, y un largo etcétera, caminando por los cuatro pasillos de coches atascados de la Autopista.
Nunca en Madrid había circulado por pasillos de coches tan estrechos...!
Finalmente llegamos al hotel Fana, situado casi al final de la Corniche, fuera de la ciudad en una zona tranquila.
Esta tarde tocaba otra vez descanso, disfrutar del momento, cenar con amigos residentes en Dakar y prepararnos para iniciar el retorno.

Y al atardecer en el horizonte... el Faro de la Punta des Almadies, también llamado el Cap Vert, el punto mas Occidental del Continente africano.
Más al Oeste solo hay Océano hasta las costas de Brasil. Un trayecto que hicieron miles de africanos, en condiciones penosas, durante la época del comercio de esclavos entre los siglos XVI y XIX.
Una de las historias más oscuras de la Humanidad.

Undécimo día.
Dakar-Sant Louis.
A la mañana siguiente comenzamos el retorno de Dakar a España, repitiendo ruta para cruzar Mauritania y el Sáhara Occidental.

Cuanto más rodábamos por Africa más nos gustaban sus paisajes y sus gentes y más nos espantaban sus atascos de humeantes y destartalados autobuses atestados se gente.
Afortunadamente la nueva autopista de peaje de Dakar al nuevo aeropuerto nos ahorra la mayor parte de esos espantosos atascos donde todo se recalienta.
Volver a Saint Louis siempre será un placer!
Como por ejemplo visitar de nuevo el encantador Hotel de La Poste.
Un clásico de la historia del Senegal y del mundo de la aviación mundial.
El hotel está bastante destartalado pero tiene su encanto.

Duodécimo día.
Nouakchott - Bir Gandouz. Hotel Barbas

De vuelta a Nouakchott despues de sufrir el polvo de la pista de Diama y la arena de los desvíos de la ‘presunta’ carretera Nacional. 

Repetimos en el camping Terjit Vacances. Ya lo conocéis, cutrecillo  pero a pie de playa.

Y seguimos rodando de vuelta a casa. Hoy ha sido una etapa muy dura y complicada por una tormenta de arena que nos ha machacado durante más de 300 kms.
He masticado arena durante un buen rato, la moto se ha llenado de polvo, la pantalla del casco casi opaca... Todo con un fuerte viento lateral.

El último tramo mejoró la cosa, más despejado y con el viento a favor. La gasolina no era un problema si calculabas bien y eras previsor. Había gasolina en Chami, a mitad de camino entre Nouakchott y Nouadhibou.
EL paso de frontera fué rápido y fácil en Mauritania, apenas 40 minutos, y 3 horas desesperantes del lado marroquí. Tenían el scanner roto y había unos 400 camiones varados a cada lado de la frontera.
El paso de la 'tierra de nadie', los 4 kms que separan los 2 puestos fronterizos fué más fácil esta vez porque había poco tráfico.
Había que mantenerse siempre por el lado izquierdo de bajada y por la derecha de subida, así evitabas la zona más arenosa. Dormimos en el Hotel Barbas, un clásico de todos los que bajan hacia el Sur.
Antiguamente era la última gasolinera antes de cruzar a Mauritania, ahora había gasolina y un nuevo hotel en la misma frontera.
Mañana, Dakhla, el paraíso del Kite-Surf.

Decimo tercer día.
Hotel Barbas - Dakhla. 288 kms.
Rodar de nuevo por el desierto al amanecer fué un placer maravilloso.
La luz era mágica, la temperatura suave, el viento soplaba como una caricia...
El paisaje nos pareció más bonito que cuando bajamos hace una semana.

El Tren mas largo del mundo. En esta ocasión en ‘configuracion corta’: unos 150 vagones.
Transporta mineral de hierro desde Zouerat, el interior de Mauritania, hasta el puerto de Nouadhibou.

Volviendo al Trópico de Cáncer..

Y los espacios, como siempre, propios... de "otra dimensión".
(Ya queda menos para el Aaioun. Más de 800 kms así... se llegan a hacer largos).

Vimos muchas águilas cazando cerca de la ruta.
Y también llamaban la atención unas preciosas praderas de colores vairados, desde el verde pardo al rojizo. Una belleza llamativa en un mundo tan seco.

Eran unas plantas crasas muy bonitas y carnosas, llenas de agua en esta época del año.
Creo que conseguían el agua de la humedad del mar cercano, porque sus raíces eran diminutas, lo justo para fijarlas al suelo.
Cuando las tuve en la mano, recordé haber visto plantas parecidas en la Marina de Cope, Aguilas. En Murcia.

Las hojas de estas plantas parecen "deditos tiernos" llenos de agua.

Y para acabar y como fin de etapa nos hemos comido un delicioso Cous-Cous en el hotel Dar Rio Oro, muy recomendable y a buen precio.

Esta tarde toca lavar las motos para sacarles la arena de Mauritania y luego un poco de engrase.

Décimo Cuarto Día.
Dakhla - El Aaiun. 540 kms.
Intentamos salir temprano pero no lo conseguimos.
El desayuno se alargó con el pago de las habitaciones y acabamos arrancando pasadas las 9 y media.
La ruta parecía tranquila, alternando tramos de buen asfalto con otros en obras que parecían llevar meses paradas.
Una vista del final de la bahia de Dakhla desde el lado del continente subiendo desde Mauritania.

Y una vista del golfo de Dakhla en su parte Norte, desde el lado del continente.

Tras repostar en el cruce de la península de Daklha, intentamos hacerlo de nuevo en la gasolinera de Echtoucan pero no tenía gasolina. Seguimos a la siguiente, a 25 kms… y tampoco tenía.
Nos vimos obligados a usar el bidón de emergencia para que las Transalp lleguaran a la siguiente gasolinera en Cabo Bojador.
Con rectas infinitas de mas de cien kilómetros...

Después del preceptivo control policial de la entrada del pueblo, fuimos a la primera gasolinera a repostar de nuevo, vamos justos de combustible.
La primera gasolinera, estaba cerrada.
La siguiente, con gasolina pero sin electricidad. Y nos mandaron a otra en el centro del pueblo donde encontramos un tipo llenando 20 bidones de 50 litros de gasolina. Por un momento temimos quedarnos tirados pero conseguimos que nos dejaran una de las mangueras para llenar nuestros secos depósitos y un bidón. Por si acaso.
Y llegamos a El Aaiun!
Una ciudad donde Marruecos está invirtiendo más dinero en infraestructuras que en muchas de las ciudades del Norte. Los controles de policía seguían siendo muy amables pero ya habíamos gastado 45 fiches de police desde que salimos de Dakar y se nos terminaron esta mañana.
ello nos retuvo en la entrada de la ciudad, con un amable policía que verificó varias veces todos los datos. Hacía calor y sudamos como un pollo en una sauna.
Sin ficha, el control era más lento pero seguía siendo cordial.
Nuestro simpático policía nos preguntó donde nos alojábamos y nos dió consejos varios para visitar la ciudad, terminando con un consejo de abuela: "Si salen por la noche, lleven una chaqueta, que luego refresca".
La entrada a El Aaiún fué por grandes y modernas avenidas bien trazadas y con un tráfico relativamente ordenado.

Las calles estaban limpias y se veían muchas mujeres saharauis vestidas de forma tradicional junto con jóvenes adolescentes con ropas occidentales, donde no faltaban los vaqueros rotos.
Ninguna mujer iba con el rostro tapado y todas las jóvenes van con el pelo al descubierto.
Las mujeres saharauis tienen una belleza exótica, diferente de las mujeres marroquíes, ya sean árabes o bereberes.

El paseo por la tarde por el centro de El Aaiún, para ver el ambiente saharaui, nos sorprendió.
Por la limpieza, los toques de modernidad y el contraste de las vestimentas. Se alternaban bellas mujeres saharauis vestidas con elegancia tradicional, con los jóvenes vestidos totalmente modernos y occidentales. Vaqueros rotos incluidos.

Y muchos marroquíes venidos en busca de un futuro mejor, al calor de los beneficios fiscales de este territorio, todavía en disputa con el Polisario desde hace más de 40 años.
Al escucharnos hablar en español, un señor mayor, saharaui, nos saludó cariñosamente:
"Bienvenidos al Sáhara...!" 
Luego se unió al saludo una señora elegantemente vestida con ropas Saharauis:
"Eso...! Bienvenidos españoles...!"

Road To Dakar Con la Africa Twin (I)

Road To Dakar Con la Africa Twin (II)
Road To Dakar con la Africa Twin (y III)