Hace unos pocos días, comenzamos nuestra primera aventura con Kimoto Travel.
Un viaje que nos llevaría desde Madrid hasta el mismo Dakar. En moto, claro, como no podía ser de otra manera.
Así que con la venia del Maestre Patarrán, os la vamos a contar, día a día... pero sin que resulte pesado, pues son mas de tres semanas de viaje.
Agarraros... que vienen curvas.
La salida y los preparativos
Los preparativos fueron muy simples.
Básicamente, definir la ruta sobre el mapa, calculando distancias razonables para cada día.
Selección de hoteles en cada ciudad donde pensábamos parar y varias alternativas en otras ciudades por si decidíamos cambiar la ruta original.
Finalmente, mantuvimos la ruta inicial (o el "plan A" como lo queráis llamar).
Sin cambios, porque las etapas estaban bien repartidas, alternando días cortos con otros donde se iban a recorrer distancias mayores.
Y en cuanto al equipaje: El mínimo para un viaje de 24 dias.
Eso es mucha menos ropa de lo que pensáis. Aunque, eso si, por las fechas en las que lo hemos hecho, se precisa algo de abrigo en casi todo el recorrido.
Herramientas, las justas y especificas de cada moto. Así como material para arreglar pinchazos, que casi nunca ocurren.
No llevamos maletas porque -como ya habréis intuido- los 3 pilotos somos minimalistas en temas de ropa y equipajes varios. Es decir, lo justo. Y también (muy importante) para evitar el "efecto vela" por la acción del viento. Un elemento que sabíamos de antemano que nos íbamos a encontrar. Y mucho.
Primer Dia.
Madrid-Algeciras-Rabat.
El Madrid-Gibraltar lo hicimos por autopista.
(Aunque otras veces hemos bajado por zonas mas divertidas, cruzando Cabañeros y la Sierra de Andujar, por ejemplo)
Es decir, en esta ocasión, por la vía rápida y con peajes. Unos 670 km por la A4.
Y de ahí a Algeciras, bordeando la bahía otros 30km.
Aquí tomamos el ferry a Tanger Med, como ya sabéis el puerto de gran calado inaugurado ahora hace 10 años, a 45 km de Tánger y 20 km de Ceuta
La aduana marroquí fué rápida.
Y ello nos permitió rodar hasta Rabat antes de que anocheciera.
Descansamos en una cómoda y económica pensión: ducha, cena y a dormir.
Segundo Dia.
Rabat-Essaouira. 450 kms.
Al dia siguiente bajamos por la costa hasta Essaouira.En esta ocasión, con un viaje organizado. Pero no creáis, sólo un poco.
Al llevar la ruta planeada podíamos permitirnos el lujo de ir cambiando sobre la marcha, según el ritmo del viaje y las visitas.
Salimos temprano con mucha niebla, que nos acompañó hasta Safi, donde nos echamos a la costa buscando el
sol que asomaba. El tramo final fué espectacular, rodando siempre con el
Atlántico a tu lado y hermosas vistas de huertos que terminan justo
donde empieza la duna costera.
Essaouira es un lugar turístico que
nunca defrauda.Muy animado y colorista el centro histórico, formado por las murallas portuguesas de la antigua Mogador.
Vendedor de chumbos lila, de sabor ácido, vendiendo, literalmente, al pié del cañón.
Malas costumbres que llegan del país musulmán más radical del planeta
La calle principal llena de gente comprando y vendiendo prácticamente cualquier cosa.
Cafés antiguos, cafés modernos... de todo un poco, como en botica. Hasta collares para novias gigantes, en caso de tener una.
Molino de árgán, el preciado aceite de la zona, delicioso en la cocina y milagroso en productos de belleza.
Tienda de especias... muy comercial
El zumo de granada, 1,5 euros. No es barato para ser Marruecos... pero estaba que se te saltaban las lágrimas de rico.
Vendedores de pescado en el puerto de Essaouira
Y mas paseos con los colores de Marruecos, siempre al fondo.
Dormimos en un pequeño riad económico (20eur) pero cómodo.
Con un baño curioso: ¿Dónde está el resto...?
Y al día siguiente, doble ración de costa y curvas hasta Agadir y Sidi Ifni.
Essaouira - Sidi Ifni. 450 kms
Ese día teníamos preparada una bonita ruta costera, repleta de curvas y asfalto "bueno".
En la foto siguiente, la antigua "Casa Del Mar"
Atravesamos bosques o huertos de argán, ese árbol de la familia del olivo, cuyo aceite es muy apreciado en cosmética.
Pero evitamos pasar por Agadir -y sus enormes hoteles- para llegar pronto a Sidi Ifni.
Un antiguo enclave español hasta 1968. Todavía hay personas mayores que hablan castellano y recuerdan la época con nostalgia.
Aqui la fachada del antiguo consulado Español, totalmente abandonado y todavía luciendo el escudo pre-constitucional. Sería un buen lugar para un Instituto Cervantes
Cenamos en el restaurante Nomad, propiedad de un simpático saharaoui.
Con sus Churros en "version Sidi Ifni", los hay pequeños y grandes.
Y en Sidi Ifni, nos siguieron acompañando los colores y el "ambiente" de Marruecos, en calles y mercados. Tibias de dromedario esperando mejor vida...
Mercado de pescados y mariscos. Curioso que los mejillones los venden pelados y cocidos.
Todavía quedan muchas calles con nombre español y las placas de la época.
Parte de Sidi Ifni junto a la pista del antiguo aeropuerto construido por España y abandonado por Marruecos. Quizás siga siendo propiedad del estado español, porque está intacto después de 50 años
Atardecer en Sidi Ifni
Sidi Ifni - Tarfaya. 398 kms
Después de visitar el antiguo aeropuerto español y el funicular (abandonado) de Sidi Ifni, hemos comenzado la ruta por una zona de montaña con vegetación, muy verde por estas fechas, hasta llegar a Guelmin.
A partir de ahí comienza un paisaje desértico y pedregoso, con algún tramo de arena que el viento hace cruzar la carretera a ras de suelo, hasta el punto que a veces no se ve el asfalto.
El viento lateral nos dió una buena paliza, pero llegamos bien a Tarfaya, la antigua Villa Bens que cuenta con un curioso museo a Antoine de Saint Exupery, autor del famoso libro El Principito y piloto de Aeropostal, que cubrió la ruta trasatlántica en los primeros años de la aviación.
El célebre escritor acabaría desapareciendo en el Atlántico en una de sus rutas pero hoy en día su nieto viene aquí, una vez al año, pilotando un avión clásico.
La comida sigue siendo rica y barata y los policías y militares marroquíes son educados y simpáticos.
En la foto, uno de los muchos controles que pasas por el Sáhara Occidental (Cabo Bojador).
Un trámite rápido y sencillo si llevas una hoja con la copia de tu pasaporte, el permiso de circulación del vehículo y algunos datos como tu profesión, fecha de entrada en Marruecos, de donde vienes y a donde vas.
Le das la hoja... y te vas en la mayoría de los casos
Nuestro hotelito en Sidi Ifni. Es la tercera vez que voy y creo que es que tienen la mejor relación calidad-precio. Su dueño, Patric es un tipo muy simpático
Quinto Día.
Tarfaya - Dakhla. 645 kms.
Etapa maratón rápida, gracias al viento que hoy soplaba de cola.
El paisaje es agreste y monótono pero muy bello.
Viajar por el desierto siempre tiene su magia por los inmensos espacios vacíos que invitan a pensar sobre la moto durante horas.
Esta zona del Sáhara tiene mas piedra que arena y la ruta va casi siempre junto al mar.
Buen asfalto salvo algunas zonas de obras.
Y -eso sí- muchos controles militares que te piden documentación de forma educada y toman nota de todos los datos.
Para ganar tiempo, llevamos fotocopia del pasaporte y permiso de la moto.
Dakhla está situada al final de una península de 50 kms de largo. Es un lugar muy turístico gracias al "boom" del kite surf en el espectacular golfo de Cintra.
Rodamos a velocidades moderadas y las motos iban perfectas. Pero ya pedían un poco de grasa de cadena... y revisar niveles de aceites y líquidos.
El Ferry Assalama de la naviera Armas, encallado cerca de Tarfaya desde 2008
Espectacular entrada para un pueblo pequeño en Cabo Bojador
Y... El enésimo controlo de policía a la entrada de Bojador.
Como siempre, el desierto te regala joyas como ésta: Bicicleta a vela, el tipo iba realmente rápido.
Paseo marítimo de Dakhla, cosas curiosas
Sexto Día.
Dakhla - Bir Ganduz Hotel Barbas. 290 kms
Esa mañana buscamos unos bidones viejos de aceite para llevar algo de gasolina extra.
En teoría no era necesario, pero el viento a veces dispara el consumo y también es normal encontrar las gasolineras desabastecidas.
Nos gustó Dakhla y sus hoteles de lujo para kite sufers.
Bonito y lúdico final para la vida de un barca de pesca.
Después de retroceder toda la franja de tierra que forma el golfo de Cintra, retomamos rumbo Sur. Puro desierto de piedra y arena, 250 kms de absoluta nada: Seguimos pensando sobre la moto.
Cartel del Trópico de Cáncer, situado en el Sáhara Occidental, mal escrito, seguramente por alguien de habla francesa. Los retratos parecen reivindicaciones de los Saharauis
La entrada en Bir Ganduz fué... apoteósica.
En el control policial: frené suavemente y -debido al cansancio-, Eduardo me embestió por detrás, rompiendo su cúpula.
Freddy, también por la fatiga, chocó a su vez con Eduardo y se fué al suelo con la moto en parado.
Aquello casi parecía un "sketch" cómico y los policías de la Aduana no sabían qué hacer.
Tras nuestra ‘performance’ nos pidieron la fiche de police y se quedaron comentando entre compañeros sobre aquellas extrañas formas de parar que tienen los españoles.
Cosas del desierto, supongo.
El hotel Barbas sorprende por su bonito jardín cubierto por una lona. Está muy abrigado del viento por la forma en "U" del edificio.
Séptimo Día
Bir Gandouz (Hotel Barbas) - Nuakchott. 540 kms.
Una de las etapas más complicadas por el paso de frontera, sobre todo la entrada en Mauritania.
Los tramites de la aduana marroquí fueron ágiles y en 40 minutos estuvimos despachados.
Y... salimos a la 'tierra de nadie': La DMZ.
Esa zona que separa los dos puestos fronterizos.
Y mas adelante... la nada absoluta.
Os imaginais 240 kms así...?
Luego, un pueblucho inmundo y después otros 240 kms de desierto.
La mayor parte con buen asfalto.
Pequeñas dunas alteraban un poco la monotonía del paisaje.
Había que parar cada hora-hora y media porque se perdía el sentido de la realidad ante tanta inmensidad.
Los primeros 2 kms estaban asfaltados, pero los siguientes dos, eran una mezcla de roca viva y balsas de arena que no sabías por donde tomar.
No había un camino marcado y nos preocupaba evitar la arena.
Pero como siempre, mas adelante, la inmensidad del desierto te hacía sentir lo pequeños que somos
Siguiendo los consejos de nuestro amigo Antonio Ortega, anduvimos por el lado izquierdo que parecía más fácil y seguro.
Ya en la aduana Mauritana, nos espera Mokhtar, un conocido "fixer" de frontera que por un módico precio de 20 euros nos ayudó a agilizar los trámites y evitar que tardes 4 horas.
Un dinero bien invertido, ya que pasadas dos horas justas estábamos entrando en Mauritania, con nuestro visado, sello de policía, passavant, seguro... y la verificación de todo ello, varias veces.
Y allá que fuimos: a por los 450 kms hasta Nouakchott.
Puro desierto con solo un pueblecito llamado Chami donde había gasolina a mitad de camino.
Así que los bidones no los necesitaríamos... pero íbamos más seguros.
En algunas paradas comimos almendras, nueces y dátiles para reponer fuerzas.
Pero no había ni una triste sombra donde cobijarse. Pasar por aquí en verano debe ser terrible: Si el sol quemaba en enero, julio debe ser abrasador.
Al llegar a Nouakchott nos dirigimos al camping Terjit Vacances que nos recomendaron unos franceses. El lugar era simple, sencillo. Pero precioso, como veis en las fotos.
La cocina del camping con el 'maestro pizzero'. Todo muy básico pero siempre te regalaban una sonrisa.
A pesar de la austeridad de la habitación, dormimos 9 horas del tirón, ayudados por el cansancio. Mañana tenemos el día más complicado de ruta, aunque con menos kilómetros.
Octavo dia
Road To Dakar Con la Africa Twin (II)
Road To Dakar con la Africa Twin (y III)
Dakhla - Bir Ganduz Hotel Barbas. 290 kms
Esa mañana buscamos unos bidones viejos de aceite para llevar algo de gasolina extra.
En teoría no era necesario, pero el viento a veces dispara el consumo y también es normal encontrar las gasolineras desabastecidas.
Nos gustó Dakhla y sus hoteles de lujo para kite sufers.
Bonito y lúdico final para la vida de un barca de pesca.
Después de retroceder toda la franja de tierra que forma el golfo de Cintra, retomamos rumbo Sur. Puro desierto de piedra y arena, 250 kms de absoluta nada: Seguimos pensando sobre la moto.
Cartel del Trópico de Cáncer, situado en el Sáhara Occidental, mal escrito, seguramente por alguien de habla francesa. Los retratos parecen reivindicaciones de los Saharauis
La entrada en Bir Ganduz fué... apoteósica.
En el control policial: frené suavemente y -debido al cansancio-, Eduardo me embestió por detrás, rompiendo su cúpula.
Freddy, también por la fatiga, chocó a su vez con Eduardo y se fué al suelo con la moto en parado.
Aquello casi parecía un "sketch" cómico y los policías de la Aduana no sabían qué hacer.
Tras nuestra ‘performance’ nos pidieron la fiche de police y se quedaron comentando entre compañeros sobre aquellas extrañas formas de parar que tienen los españoles.
Cosas del desierto, supongo.
El hotel Barbas sorprende por su bonito jardín cubierto por una lona. Está muy abrigado del viento por la forma en "U" del edificio.
Séptimo Día
Bir Gandouz (Hotel Barbas) - Nuakchott. 540 kms.
Una de las etapas más complicadas por el paso de frontera, sobre todo la entrada en Mauritania.
Los tramites de la aduana marroquí fueron ágiles y en 40 minutos estuvimos despachados.
Y... salimos a la 'tierra de nadie': La DMZ.
Esa zona que separa los dos puestos fronterizos.
Y mas adelante... la nada absoluta.
Os imaginais 240 kms así...?
Luego, un pueblucho inmundo y después otros 240 kms de desierto.
La mayor parte con buen asfalto.
Pequeñas dunas alteraban un poco la monotonía del paisaje.
Había que parar cada hora-hora y media porque se perdía el sentido de la realidad ante tanta inmensidad.
En teoría es zona del polisario pero la verdad es que aparecen poco por aquí.
Solo unos 4x4 de los observadores de Naciones Unidas nos recuerdan que es zona de conflicto.Los primeros 2 kms estaban asfaltados, pero los siguientes dos, eran una mezcla de roca viva y balsas de arena que no sabías por donde tomar.
No había un camino marcado y nos preocupaba evitar la arena.
Pero como siempre, mas adelante, la inmensidad del desierto te hacía sentir lo pequeños que somos
Siguiendo los consejos de nuestro amigo Antonio Ortega, anduvimos por el lado izquierdo que parecía más fácil y seguro.
Ya en la aduana Mauritana, nos espera Mokhtar, un conocido "fixer" de frontera que por un módico precio de 20 euros nos ayudó a agilizar los trámites y evitar que tardes 4 horas.
Un dinero bien invertido, ya que pasadas dos horas justas estábamos entrando en Mauritania, con nuestro visado, sello de policía, passavant, seguro... y la verificación de todo ello, varias veces.
Y allá que fuimos: a por los 450 kms hasta Nouakchott.
Puro desierto con solo un pueblecito llamado Chami donde había gasolina a mitad de camino.
Así que los bidones no los necesitaríamos... pero íbamos más seguros.
En algunas paradas comimos almendras, nueces y dátiles para reponer fuerzas.
Pero no había ni una triste sombra donde cobijarse. Pasar por aquí en verano debe ser terrible: Si el sol quemaba en enero, julio debe ser abrasador.
Al llegar a Nouakchott nos dirigimos al camping Terjit Vacances que nos recomendaron unos franceses. El lugar era simple, sencillo. Pero precioso, como veis en las fotos.
La cocina del camping con el 'maestro pizzero'. Todo muy básico pero siempre te regalaban una sonrisa.
A pesar de la austeridad de la habitación, dormimos 9 horas del tirón, ayudados por el cansancio. Mañana tenemos el día más complicado de ruta, aunque con menos kilómetros.
Octavo dia
Nouakchot -Diama - Saint Louis. 290 kms
Por fin..!
Se termina el Sahara... y llegamos a Senegal...!
Ha sido el día mas duro del viaje. La salida de Nouakchott y los primeros 150 kms han sido muy complicados, en la ciudad un trafico infernal y calles con dos palmos de arena.
Eduardo se cayó en una de esas arenadas.
Luego la carretera estaba como ‘recién bombardeada’, con tramos en obras y arena, mucha arena. Hemos cometido el error de salir tarde y hace mucho calor.
Llegamos al desvío de Diama y un cabrón insiste en que la carretera está cortada y que vayamos por Rosso, una frontera llena de ladrones.
NUNCA hacerles caso; están compinchados con oficiales corruptos para sacarte el dinero con mil y una excusas.
Nosotros seguimos a la derecha, un poco de asfalto y unos 45 kms de pista rota y dura pero pasable a 40 kms/h sin problemas.
Al poco, el paisaje cambió dramáticamente: Llegábamos al Parque Nacional de Diawling, todavía en Mauritania.
Una gran marisma junto al rio Senegal, cerca de su desembocadura.
El paso de frontera el Diama fué fácil y tranquilo.
Eso si, pagando tasas, passavant, seguro de la moto, peaje del puente del río, policía y... pequeñas extorsiones.
Al final de la corrida, el ‘forfait’ te sale por unos 55 euros.
Casualidades de la vida, hemos coincidido con el Intercontinental Rally en Saint Louis.
Hoy toca descansar un poco: el lugar elegido, fantástico.
Road To Dakar con la Africa Twin (y III)
Buenos días
ResponderEliminarMe está encantando la crónica del viaje. La veo... fresca, tal vez desmitificadora, no se, me encanta.
Y olé por ir con tan poco equipaje.
Estoy deseando de ver las siguientes entregas
Un abrazo!
A ver si vamos subiendo mas cosas... ;-)
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