De aceitunas y hombres...

En la casa familiar tenemos una humilde Olivera.
No es muy grande pero si generosa como ella sola
Nunca pide ná...
Y año sí y año no, ofrece su "cosechita" de aceitunas... que indefectiblemente acaba abonando el suelo.
Hasta hoy.
Este Otoño la ofrenda de la humilde Olivera fué tan generosa que... la recogimos.
Estaban ya amoratadas y algo "arrugás"
E incluso... ya había helado alguna noche.
Pero nos dió tanta penita desaprovecharla queeeee...Nos liamos la manta al cuello y una tarde nos metimos a hacer de "Aceituneros Altivos".
Fué un espectáculo importante, os lo aseguro.
;-)
En fin... que nos documentamos un poquito.. y al lío.
Muy facil chicos:
1.- Lavarlas bien.
2.- Meterlas en botes cubiertas de agua y se les cambia el agua todos los días.
3.- Alrededor de la cuarta semana (si las probamos veremos que ya han perdido la "fortor") le ponemos al agua sal y un chorrito de vinagre.
4.- En la última cambiada de agua ( y según las queramos mas o menos "fuertes") le añadimos al agua una pizca de tomillo, una pizca de orégano, una hoja de laurel, un diente de ajo y unos trocitos de limón.
NADA MAS.
Y se deja una semanita.
Hacer la prueba.
Desde hoy "veo" a la humilde Olivera con otros ojos.
De hecho ... antes... ni la veía.
Ahora cada vez que paso a su lado... le hago una reverencia.
Y me avergüenzo un poco por haber desperdiciado este "tesoro" tantos años.