Patatas con Salsa Brava (I)

Amigos de la Fauna Ibérica.

Poca cosa hay mas tradicionales y acertadas - sobre todo para el verano- que un aperitivo frescachón y saludable como la Gilda o unas inmensas Patatas con Salsa Brava.
Acompañadas de un blanco bien fresquito o -todavía mejor- una cerveza bien fría.
Su elaboración es sencilla pero requiere de un minimo de paciencia.
Y -dado el picante- aguantan en nevera no saben ustedes cuanto (la Salsa Brava, quiero decir)
Es decir, que le sacarán partido, si se deciden a prepararla en casa.
Sobre todo ahora, con la canícula.

Por supuesto... Se pueden tomar también en un bar tradicional -de los de toda la vida- si han sido elaboradas con cariño y esmero. Apoyadito con estilo en la barra con siniestra y, empuñando botellín o caña en diestra.
Con elegancia, oigan.

O servidas como entrante en una glamourosa terraza de verano.

Incluso deconstruidas, o adornadas con algo de verde, como cilantro o albahaca. Por si ustedes quieren destrozar algo tan sublime como unas Patatas con Salsa Brava y dárselas de modernos. 

Para gustos, colores, que estamos en un país libre. 

Lo que les apetezca.

E incluso, en una fría noche de invierno, esta salsa -eso si, algo templada para la ocasión- puede ser perfecta para remojar unas frituras de carne o pescado y acompañar la película de los viernes.
Triunfo seguro, se lo garantizo.

Fíjense ustedes que tambien se la suele acompañar de una mahonesa con algo de ajo (que no tiene nada que ver con el All i Oli. Esta otra exquisitez la dejamos para mas adelante) 

Todo vale, con unas buenas  Patatas con Salsa Brava.

Y en breve les detallo la receta de una auténtica Salsa Brava (y algo mas en clave de humor, como siempre).
Que estoy con ella en este momento.

De verdad de la buena.

TO BE CONTINUED.

Patatas con Salsa Brava (I)
Patatas con Salsa Brava. La receta (II)
Patatas Con Salsa Brava: El Docamar (III)