¡A la paz de Dios, una vez mas!.
Empiezo a escribir esta crónica, apenas horas antes de comenzar
la aventura que intentaré contaros. Con la venia del Maestre Patarrán, que me deja campar por estos lares como Pedro por su casa.
Llevo ya varios días en los que me cuesta conciliar el sueño
por las noches.
La ilusión que pongo a estas aventuras y el tiempo que le
dedico en prepararlas, me tienen completamente abstraído de todo.
¡Que le vamos a hacer!.
Al fin y al cabo, es lo que nos mantiene mentalmente vivos
(al menos a mi).
¡Bendita locura eso de ilusionarse con algo!.
Que sigamos así muchos años.
KTM Free Ride. Africa Twin. Trail Forever. Una aventura en Lusitania
“1.8 mm” pone en el lugar por donde andaremos.
El hombre del tiempo dice lo mismo. No creo que se
equivoquen ambos.
¿Será mucha cantidad...?
¿Poca?
N.P.I.
Lo que si tengo claro es que el suelo se mojará.
Y la tierra se convertirá en barro.
Y el barro se pegará en los neumáticos de mi África.
Y yo andaré malamente para manejarme con algo mas de doscientos
kilos en la entrepierna... por semejantes terrenos.
En fin. Nadie dijo que esto fuese un paseo de rosas y... ¡que
carallo!
Desde siempre me gustaron las cosas difíciles.
¡Cuánto mas difícil, mejor!. Reza un slogan en mi ambiente
laboral.
¡Lo dudo, pues estoy como una moto!.
Y... ¡Llegó el dia!
Para ser mas exactos, ¡a menos cuarto cero-cero!.
He dormido poco y mal debido al nerviosismo que se apoderó
de mi mente.
Me da igual; al fin y al cabo, esto me gusta.
Desayuno, cambio de ropa, y a por mi África Twin que me
acompañará en esta aventura.
Y allí estaba yo. A la hora acordada.
He recorrido poco más de 130 km por “lo negro” desde mi
ciudad laboral hasta conseguir llegar a este paso fronterizo.
Me esperaba Luis y su KTM Free Ride 350F.
Como bien dijo un "sabio" amigo mío:
"Esta es la historia de unos amigos que decidieron compartir tres días
de sus vidas juntos"
-"Otro día con mas calma prometo visitarlo" - pensaba servidora
mientras apretaba el disparador.
Y al comenzar a rodar, ya dentro del país vecino, observo lo
que nos acompañará en todos los días. Aquí el ritmo de las gentes es distinto,
van sin prisa y en cualquier lugar te puedes encontrar un rebaño de ovejas, un
tractor, una “carrinha”, o unos paisanos en el medio del camino.
Rodamos guiados en todo momento por el gps, e intentando
seguir un track que había caído en nuestras manos.
En los múltiples pueblos que cruzamos, es fácil encontrar
algún monumento a modo de capilla dedicada a algún santo o cruces de granito.
Hace buena temperatura y el agua no ha aparecido.
Si a esto le unes el terreno húmedo, se rueda de forma
confortable.
El “Portugal interior” siempre me ha gustado y llamado la
atención por las cosas que puedes ver.
Observen vuestras mercedes, a un paisano portando en sus
lomos un fardo de leña seca atado con una cuerda. Reseñar que el paisano en cuestión pasaba de los 80 años a mi
entender.
Continuamos rodando cómodamente por caminos de la Lusitania
interior.
He bajado las presiones de los neumáticos hasta
1’8, e intento ir suave sobre todo en las zonas de piedras pues me da miedo
machacar la cámara.
No obstante, vamos avanzando el camino trazado en el gps.
Este es el río Coa.
El track mandaba cruzarlo pero tras
bajarnos de la moto, comprobar la profundidad y unos escalones con piedras que
tenían pinta de patinar más que las aceras de Chueca, valoramos la situación y
optamos por buscar una alternativa pues no estábamos convencidos de hacerlo sin
liar alguna buena.
El tramo para superar el Río Coa resulto bastante entretenido: Continuas subidas y bajadas por aquella ladera.
Sitio este donde me sorprendió gratamente esta moto con la
capacidad de tracción que tiene. Eso si, mucho cuidado en las bajadas pues coge
unas inercias terribles.
Un alto en el camino para tomar un refresco en ese bar
típicamente portugués donde igual te venden pasteles, pan, prensa, comida o una cervecita.
E incluso en algunos de ellos... ¡se puede fumar!
Rápidamente nos volvemos a poner en movimiento pues nos
queda mucho camino por recorrer.
Nos hemos planteado la ruta un poco a la aventura y sin
horarios programados.
Cuando llegue la hora, buscaremos un sitio para comer, y lo
mismo para dormir. Donde nos cuadre.
Continuamos camino con buena temperatura, terreno húmedo y
sitios amplios donde rodar de forma cómoda.
Hasta que a los 150 km aproximadamente y si no recuerdo mal,
la KTM Free Ride del amigo Luis se quedó sin gasolina.
¡No problem, con esto ya contábamos!
Sacamos el macarrón, un envase de un litro que habíamos
puesto en el manillar de la África Twin y, tras probar el sabor del caldo en
nuestras gargantas, procedimos a trasvasar un par de litros.
En la salida de Monsanto, al descender por una calzada de
piedra húmeda, lisa, bastante inclinada, y con musgo que resbalaba MUCHISIMO, saqué la conclusión de que hay que tener mucho cuidado con esta moto por
según que tipo de terrenos.
Sitios por los que con la de enduro o la de trial baja uno
tan tranquilamente... con esta las pasas canutas.
Rápidamente el amigo Luis se apresuró a bajarse de su KTM Free Ride,
dejarla apoyada en una pared y acercarse raudo y veloz a mi lado para ayudarme
a descender
Yo creo que estaba convencido de que me iba a sobrevenir un
“allavoy”.
Nota del autor.
“Allavoy”: dícese de poner la moto en posición horizontal
con el piloto debajo aunque también puede quedar encima. Puede salir por un
lado, o “por las orejas”. Dicha maniobra suele ir acompañada de la expresión:
¡allá voyyyyyyyyyyyyyyyy!.
Al final, hubo suerte, y conseguimos descender sin percance
alguno.
Más adelante comenzó a llover.
¡No problem igualmente!.
Se sacan los impermeables y se continúa.
A nosotros no hay quien nos
pare en esta aventura
Fue al cruzar un pueblo, lloviendo en abundancia, cuando al
accionar el embrague suela un “clack” y compruebo que la maneta no responde.
-"¡Mecagüentoloquesemenea...!"- dijo servidora
Revisamos el cable y comprobamos que se ha partido justo en
la parte de abajo, junto al prisionero que acciona la leva del motor.
Tras el primer momento de pánico, optamos por desmontar el
tensor de la maneta, volver a enganchar el prisionero de abajo y ponerlo
directo.
Soy de esos que siempre que ocurre algún percance, intento
ver las cosas desde el lado menos malo.
Y ya con la noche encima, continuamos camino hasta que encontramos un
sitio donde hospedarnos
Como quiera que no hubiera restaurante para cenar, tuvimos
que acercarnos por carretera a otro pueblo cercano a escasos 6 km, sin
cambiarnos de ropa ni nada.
Cenamos "De Parque Móvil".
Un poco más caro pero fenomenal.
20 pavos nos
costó la cena a los dos.
Yo creo que fue por atizarnos dos Superbock y un par
de chupitos cada uno.
Dormí como un lirón.
Y...Cuenta mi amigo que ronqué "cual jabalí herido".
Criatura.
TO BE CONTINUED...
La aventura Lusitana completa... en los links siguientes
KTM Free Ride. Africa Twin. Trail Forever Portugal (I)
KTM Free Ride. Africa Twin. Trail Forever Portugal (II)
KTM Free Ride. Africa Twin. Trail Forever Portugal (y III)
Animo,esas aventuras son las mejores ,buenas batallitas que contar tiempo despues a tus hijos y que a ti te satisfacen enormemente una vez nos llega a alguno la edad de dejar el enduro puro,asi que lo dicho y a seguir.......dando gassss
ResponderEliminarImpresionante y patarranica aventura. Que no decaiga.
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