El misterio de la tapa 710

Lola era una mujer de su tiempo. Estupenda.
Elegante, decidida, inteligente... y por supuesto sexy.
Un dia soleado de primavera, salió de su casa con el movil en la oreja dictando instrucciones (pues ella mandaba mucho), con las gafas de sol puestas claro, los taconazos y el bolso colgadito en el codo de la otra mano... y la melena ondulando por el vaivén de sus andares y ademanes.
Verdaderamente era un momento muy "Chic".
Y en ello estaba cuando se acordó de que tenía que comprar la tapa 710.
La tapa 710 era un "elemento" del motor de su coche (esa cosa) que había desaparecido misteriosamente.
Asi que, muy decidida, se acercó al concesionario mas cercano, y entró -con firmeza pero elegante y cautivadora a la vez- preguntando por la tapa 710 de su vehiculo.
Muy sorprendido, el mancebo que le atendió, no conocía dicha tapa.
Es mas, nunca habia oido hablar de ella.
Así que se acercó a preguntar al encargado.
El cual tampoco la conocía.
Y empezó la tanda de preguntas entre mecanicos y responsables de recambios.
Nadie conocía la tapa 710 de su vehiculo.
Lola insistió e insistió.
Y dijo que era una parte de su motor y que había desaparecido de una manera misteriosa.
Y exigía una nueva tapa 710.
Faltaría más.
"Que su coche es muy moderno y que en este concesionario son muy de pueblo y no saben."
En vista de que nadie sabía nada de una tapa 710, uno de los responsables de mas edad, le sugirió a Lola la posibilidad de hacer un dibujo de la famosa tapa 710.
"¿Sería posible, Señora, que Ud nos hiciese un esbozo, con esas manos de pianista que tiene Ud...?"
Lola, que casualmente había pasado por una escuela de dibujo, no tenía problema con esto.
"Por supuesto que si, lo haré encantada, caballero..."
Y además... Recordaba... recordaba perfectamente la tapa 710.
Porque... de hecho, la estuvo manipulando un día que el motor de su coche empezó a sacar vapor (otro misterio).
Casualmente, antes de que desapareciese misteriosamente.
Así que tomó un pedazo de papel, dibujó un círculo de unos 8 cm de diámetro y escribió en el centro el número 710...
Con el dibujito tan mono que llevaba debajo del numero 710 (y del cual desconocía totalmente el significado)

Y -muy orgullosa de su dibujo- lo enseñó al vendedor: