Me van a disculpar.
Porque, dado que me consta que ustedes son gente observadora y muy leída, ya habrán caído en la cuenta que la foto es del año pasado.
Y es que con el verano y la canícula, es fácil caer en la indolencia.
Uno toma notas, hace planes... y a la vuelta de la esquina, la realidad se encarga de poner las cosas en su sitio.
Vamos, que he vuelto a probar este vino estos días atrás.
Y ni recordaba que ya lo hice el año pasado.
Para que les voy a engañar.
Pero -esto es cierto- tanto el documento gráfico como las notas que tomé, son válidas para la añada en curso. De verdad de la buena.
Así, que al grano.
O a la uva, como lo prefieran ustedes.
La verdad sea dicha, el verdejo en cuestión me encantó el año pasado y lo ha confirmado éste.
Tiene algo que no encaja con los tradicionales monovarietales de Rueda.
Y -como no puede ser de otra manera- este humilde juntaletras ha investigado un poquito. Y casi acabo hecho un lío. Pues al parecer tiene algo de crianza.
Les explico.
Para empezar, los viñedos de Nisia son muy viejos. Pre-filoxéricos. Algunos (según cuentan) con mas de 100 años. Y la mayoría del terruño, andan sobre los 50. Están ubicados en Puras, en el límite deValladolid con Segovia. Es decir, la zona más al sudeste de la D.O. de Rueda. Y también la mas alta. Casi 1000 metros sobre el nivel del mar. Con suelos muy pobres y arenosos. Quizá por eso no llego la filoxera a finales del siglo XIX.
Cepas en vaso y vendimia manual, con selección en mesa.
La fermentación en frío e inox sobre crianza en propias lías, unos meses.
Hasta aquí, lo propio de un blanco moderno de calidad.
Pero -ojo al dato- el 10 por ciento restante se fermenta en cubas de roble. Francés por mas señas. Y lo que no sé, es si hay que entender esta fermentación como maloláctica. Supongo que sí.
En estos depositos de madera de 500 litros, se hacen batonages.
Y tras unos meses, se realiza el coupage y se hermanan ambos mostos fermentados y "criados".
De todo esto, el origen de su singularidad, creo.
Interesante... ¿No creen?
A LA VISTA
Amarillo pajizo.
Reflejos dorados. No he apreciado tonos acerados ó verdosos.
Muy limpio.
Algo de lágrima. Con caída elegante.
Muy aromático.
Frutal.
¿melón?
Citricos
¿pomelo?
Tonos florales, por supuesto.
¿azahar?
Con olores "a panadería"
Provinientes de la crianza en lías y posterior coupage, digo yo.
Algo herbáceo, propio del verdejo, al final.
Pero... no.
No he notado tonos amargos (muy característicos de los vinos de Rueda).
EN LA BOCA
Untuoso.
Cremoso y sabrosón.
Acidez correcta.
El paso por barrica le aporta esa diferencia.
Notoria si lo comparamos "de tú a tú" con otro verdejo jóven.
Por alrededor de 10 euros, este Nisia 2016 vale la pena probarlo.
O repetir, si se dá la oportunidad.
En cuanto a Verdejo y Rueda, ya hemos comentado de que va la cosa.
Así que, si quieren aburrirse un poco mas, lean ustedes este articulo sobre Las Diferencias entre Rueda y Verdejo.
Ideal para conciliar el sueño, oigan.
Buenas Noches a tod@s.
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