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DOS LINEAS BLANCAS

Koke Llevaba ya dos dias encerrado entre dos lineas blancas.
Pero mas bien... mas bien estaba encerrado en un cuarto oscuro.
Había llegado a su destino, siguiendo como un autómata la carretera.
Allí estaba Koke, en La Concentracion, con ruido de motos, acero y cuero.
Ruido de vidas que van.
De vidas que vienen.


Habia unos tipos haciendo ruido también, encima de un entarimado, con unas luces y algo mas.
Parecía que le ponian mucha pasión y entrega al asunto, pero la verdad, no se distinguía mucho a lo que salía de escapes y fierros varios que por allí campaban.
Hacían algo que Koke no acertaba a entender, ni siquiera a describir... pero que sin duda debía de ser muy importante, según el interés de la congregacion allí reunida.
Y bien pensado, tampo debía de estar tan mal, pensó Koke
"¿Que esperabas Koke?"
Aquellas dos lineas blancas que en realidad eran un cuarto oscuro.
Si.
A Koke le daba igual. Se encontraba en ese lugar, en el interior de ese cuarto oscuro y dos lineas blancas.
ese lugar en el que uno se encuentra cuando todo importa poco.
Había llegado a ese lugar con la esperanza que la música, las motos y las chuches le ayudaran a cicatrizar las heridas de su alma.
Pero le daba igual.
Si. También tenia otras cicatrices.
Pera ya sanaron y se había acostumbrado a vivir con ellas.
Koke estaba en aquel lugar pero no estaba en ninguna parte.
Solo entre aquellas dos lines blancas. Aquel cuarto oscuro.
Oía sin escuchar a la banda.
Solo.
Pues no hay peor soledad que estar rodeado de gente y sentirte absolutamente solo.
Cientos de cabezas distintas frente Koke.
Nada le interesaba un carajo, a Koke.
Y buscaba...
Buscaba a alguien...
A alguien… que en el fondo sabía que no iba a encontrar.
"Olvídalá, viejo"
"Ella te pateó"
"No la llames nunca más"
Tras Koke, cientos de manillares.
Toros en fila,  esperando el patarrán.
Entre ellos, el suyo.
Entre ellos su moto.
Ella estaba siempre.
Ella siempre le guiñaba un ojo.
Siempre pestañeaba estuviera limpia o estuviera sucia.
Hiciera frío o hiciera calor.
Ella siempre le decía a Koke:
"A pasear, Viejo"
Arrancó rabiosa, como siempre.
Mientras, Koke se dirigía bajo las luces de la ciudad, pasando bajo ellas, suavemente hacia la luna.
Mas tarde... ya no había luces.
Otra vez las dos lineas blancas.
Una de ellas la de la izquierda pasando siempre como Morse, bajo koke y su fiel rabiosa.
Por un momento Koke penso que le decía algo.
Pero no podía conducir mirando para abajo, y dejó de pensar en aquel ritmo intermitente.
Sin rumbo, hacía adelante.
Igual que su vida.
Ella aparecía una y otra vez en su cabeza.
Ya sabía que era bien brava aquella mujer.
"Esa chica es cosa mala, Viejo, dejala correr"
Pero Koke aguantó, aguantó hasta que le escupió.
Las lágrimas venían solas.
Koke sabía el final... pero bueno, no te duelen los dedos hasta que no te das con el martillo y te los aplastas.
Koke sabí que con aquella mujer no habían amigos, no había boxeo, no había moto...
Ni siquiera había perro o mirar sí tenía agua o no tenía..
Era ella sólo.
Koke vió al final una luz negra.
Abajo, una wiskería de carretera.
No quería compañía, pero deseaba tomar algo, estaba seco. Y todavía le quedaban chuches.
Dentro había calor, había humo, había sudor.
Había chicas más aburridas que los tipos que les pagan el aquiler.
Se acercaron a koke,
Y Koke declínó amablemente cualquier atención.
Ellas insistían, cunpliendo su función.
Chuches.
Koke salió del baño.
Ahora la soledad era total. Total.
"¿Que hay viejo, vienes de La Concentración?"
"Me gustan las motos... ¿Sabes?"
A Koke se le había acercado un sesentón borrachín.
Se le había sentado al lado, casi sin que se diese cuenta y le hablaba sin parar.
Pero lo último que Koke quería era entablar palique con un borracho de whiskería.
El tipo hablaba sólo.
Koke sólo asentía con la cabeza.
Tampoco queria ofender, ni que le montasen bulla. No estaba para jotas.
"Ya se ira cuando se canse"-pensaba Koke.
Mientras tanto... trataba de no hacer nariz, porque el tipo olía a vino barato, tabaco y bufanda apolillada.
Pero en el fondo... Si, algo de compasión le inspiraba aquel tipejo .
El mismo Koke había sido un borracho. Lo recordaba claramente.
Y suponía que por eso el tipo le generaba  simpatía.
Por eso asentía, rítmicamente.
Entonces por encima de la canción horrible que sonaba en aquel antro, le espetó a Koke:
"Mi hermano se ha matado, Viejo"
"Cayó del un andamio mientras andaba currando"
"Deja mujer y tres hijos que le querían"- siguio diciendo
"Mal Dia, Viejo"- Concluyó.
Y se calló.
Tenía lágrimas en los ojos y la mirada liquida.
Fue como una bofetada para Koke.
Un espanto.
Enmedio de aquellas dos rayas blancas, de aquellas habitacion oscura y silenciosa en la que se encontraba.
Un sonoro chasquido que hizo despertar a Koke.
Como pudo... como pudo empezó "a carburar" la situación.
"Estoy en una wiskeria, sólo en el medio de no sé dónde, una cerveza en la mano, mi moto esperando afuera y un tipo me está contando que su hermano ha muerto reventado en un andamio"
No pudo evitar... no pudo evitar relacionar.
"Yo también estoy reventado. Pero por una mujer y el dolor es otro"
Koke le dió el pesame al sesentón borrachín que ahora le parecía su compadre.
Incluso le dio unas chuches, que él rechazó.
"Te invito a una copa" - le dijo Koke.
"Muchas gracias"-le contestó- pero ya he bebido bastante.
"Me conformaré con oir tu bicha cuando la arranques"
Asi que... Koke apuró su cerveza y se dijo:
"¡Que demonios...!!!"
Y montó en su moto.
La arrancó, le díó un par de acelerones y deshizo sus pasos hacia La Concentración.
La moto le llevó sola hasta la fiesta. Sin pensar.
Ya no había encierro en dos lineas blancas.
No había encierro en habitación oscura.
No había Morse que descifrar.
Koke... Koke se sentía mejor.
Los músicos del andamio seguían haciendo el mismo ruido.
Caras conocidas.
Apretones de manos, algún abrazo
"Tomate algo con nosotros, Viejo"
"Si claro, como no"

Dios bendiga a las motos, a los borrachos y a las chicas de whiskeria, las pobres.
Y que también bendiga a los que no beben de más.

2 comentarios :

  1. Tres de tres.
    Me ha gusfado mucho lo que he leido hasta ahora.
    Sigue así.

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  2. Pues si. Como la vida misma.
    Me gustan sus relatos.

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