Ikea y la Virgen Maria

Hola Patarran@s.
A veces -casi diariamente, diria yo- nos dejamos llevar por la "vorágine del día a día" y nos olvidamos de lo verdaderamente importante.

El estrés laboral, que nos absorbe...
Los vaivenes de nuestro mundo que nos incomodan e inquietan...
Algunos gilipollas, que nos tocan las narices de vez en cuando... O lo intentan, vaya. Criaturas.
Y algunas pasiones que nos arrebatan... para que os voy contar.


Ayer tras una reunión "de las que no se olvidan"  y ya sentado en mi puesto de trabajo, tuve que calzarme unas baqueteadas gafas de vista cansada.
Instrumento del que ya hago uso... mas de lo que me gusta reconocer.
Al sacar las gafas, no sé ni como ni porque... ni cómo llegó hasta esa funda de gafas. Pero... cayó al suelo un pequeño lapicero.
Hizo un "Tip-Tap-Top" rebotando en la mesa y se fué al suelo.
Ya sabeis... Un lapiz cortito... De esos que te sirven en Ikea para tomar notas... y que los niños suelen usar luego en casa para garabatear sus dibujitos.
Cuando lo recogí del suelo... me vino a la memoria la jornada en la "gran superficie".
No os voy a engañar, tampoco me agradan en exceso (las "grandes superficies")
Pero... Recordé su felicidad cuando (apenas tres días antes) les compramos unas humildes y sencillas sillas de colores y unas mesas de estudio para su habitación.
Antes de salir cenamos todos en el mismo Ikea.
Un sencillo perrito caliente, una pizza y un helado.
Momentos antes de subir al coche se me abrazaron los dos y me dijeron, uno detrás de otro:
"Papá... Eres el mejor"
Al recordar aquello... Me olvidé de la reunión, de la crisis internacional, de los políticos, de los chorizos, de los deberes, de las mates, de los jefes, de los caraduras que no pegan palo al agua, de los discursos sobre "educacion y modales"... del inglés, de las visitas al médico, del dentista...de las noches sin dormir... del futuro que les espera... en fin.
Que os voy a contar que no sepais ya.
Ante la vista del pequeño lapicero, por un momento, me olvidé de todo.
Y solo recordé lo verdaderamente importante.

Virgencita, Virgencita... que me quede como estoy.