En la muy noble villa y corte de Magerit, en el anyo del Senyor del dos millardos i catorce.
Mis muy nobles Patarranes, Hermanos de la Orden de San Gasín de los Enduros (i los Triales y los Motocroses)
Han de recordar vuesas mercedes que no mucho tiempo ha, decidime a relatarles, en el Otoño de mi vida motera, como una noble mesnada de nobles et gallardos caballeros Endureros, hubimos de blandir fiero con fervor por diezmos infestados de infieles y con viento y marea en contra, como la Invincible Armada...
(Ver: Lusitania Incognita Terram)
Pues habéis de saber que tal cabalgada tuvo su continuacion y es agora menester que os relate lo que allí acontezió.
Ya saben vuesas mercedes, que mucho ha llovido ya desde entonxes i agora con huesos cansados y pelo cano, hállome en disposición de contarlo.
Y -si El Altísimo así lo dispone- alguno de aquellos nobles caballeros quizá al conocer de estas líneas, acuda de nuevo a mi.
Ansí habremos de recordarnos andanças i lances pasados, en torno a buen fuego, buena mesa i mejor mantel.
Pues perdiles la pista i non es agora tiempo de andar en duelos i quebrantos por ello.
Llegada es la hora de contar lo acontecido i que en buena lid sirva.
Ved aquí que el día amaneció también aciago, pues inclementes nos eran los elementos...
Pero prestas hallábanse las monturas...
E impasible era su ademán...
Y nuestra moral era alta, pues sabíamos que nuestra
Santa Madre, La Virgen de la Flecha, guiaba nuestros pasos y proveería de
mejores jornadas para sus nobles, fieles et devotos caballeros...
Y ansí fue como aconteció que la Santa Madre ante tanta
devoción et fierexa de sus caballeros en casto peregrinaje, tuvo a bien fazer
que el sol cantase y los pájaros trinasen...
Aunque también hubimos de lidiar con extranyos sortilegios, uno de ellos llamado " Bujíam Horribilis Comunicae Tocapelotae" el cual solventamos con fe y oración...
Y una vez desfazimos el entuerto, la dicha fue plena, pues nos acercábamos con presteza a la tierra de los "Cortafuegum Enormibus Noseacabanuncam" de la que la Santa Madre es patrona y vigilante...
Vedlo aquí...
Y tanta era la alegría y tanta la fe en nuestra Santa Madre que por nos velaba, que nuestras monturas se contagiaban de toda aquella fe verdadera, pues parecíanos que en su manto blanco y en su luz cegadora nos acogía...
Pero los "Cortafuegum Enormibus Noseacabanuncam" proseguían uno tras otro.
Y a los mismos se aferraba un extraño trasgo llamado "Plaquitam de Hielum Enormibus Tocacataplinae" y alli estaban los fervorosos Caballeros Endureros sin dar cuartel a hereje, infiel o criatura de los avernos que osara hacerles frente...
Y sucedíanse vadeos y otros lances, todos resueltos con gallardía y elegancia, ¡Vive Dios!
Vedlo aquí:
Y sucedierónse también otras lides, todas ellas ganadas a base de mandoble de Tizona et Vizcaína.
Y si no creeis lo que os cuenta este viejo Capitan de los Tercios Viejos, ved aquí este bello lienzo y contemplad mi semblante, que no acusa esfuerzo alguno y no pierde vista de enemigo, cual frío caballero tudesco que antaño ganara toda justa o combate a lomos de adustas monturas...
Y ansí fazimos parada en aldea noble que ante la llegada de tan nobles caballeros acudió presta a rendirnos pleitesía...
Pues aunque fresca estaba el agua...
No era menester despreciarla...
Ni tampoco cosa que nos faziera de temblar el pulso, pues ya saben vuesas mercedes como se las gasta El Marques de Ricobayo y de la casta de su linaje...
Y tampoco era menester fazer ofensa alguna a los vasallos, que que con cansino andar iban acudiendo...
Algunos con mejor "talante" que "otros"...
Pero siempre con cortesía y humildad ante tan bravos caballeros...
Y ansí retomamos el peregrinaje hacia el santuario de la Santa Madre que nos velaba y protegía...
Mas seguían azorándonos los "Cortafuegum Enormibus Noseacabanuncam" que tan grandes eran que en ellos no se apreciaba apenas nuestra cabalgada, pues poca cosa somos -diminutas criaturas del Senyor- ante la enormidad de su obra...
Y se nos ofrecieron bellos parajes... con también alegres bufones.
Y ansí de cabalgada en cabalgada, llegamos a la temida
"Subiditam Largisimam cum Piedram Sueltam et Raicem" también llamadas por algunos "Comotequedibus Lagiñastibus" ante la cual no había que dudar y teníamos que acometer con
fierexa...
Pero non había hereje o infiel que resistiese el filo de
nuestro acero... y la bravura de nuestro Senyor el Marqués.
Y ansí llegamos al final del lance...
Y nuestra dicha crecía pues era cercana la hora...
De acercarnos a nuestra Senyora...
Aunque mermadas estaban las fuerzas y en algunos lances
contamos con la ayuda de la Santa Madre... y del Espíritu Santo.
Y el bravo del Marques, nos dijo:
"Non temais mis nobles compañeros, pues el lance, aunque arduo, siempre estuvo al alcance de mi acero..."
Y al final llegamos...
Y rendimos tributo...
Como buenos caballeros temerosos de Dios... y devotos de su Santa Madre, nuestra Senyora, La Virgen de la Flecha
Y pese a que en este día no nos mostró su semblante, a bien lo hubimos de celebrar, ya en la anochecida, con buena posada y mellor yantar, pues la Santa Madre bien se merece tal pleitesía...
Y ansí fueron las cosas... y ansí las hubimos de contar.
Amén.
Mis muy nobles Patarranes, Hermanos de la Orden de San Gasín de los Enduros (i los Triales y los Motocroses)
Han de recordar vuesas mercedes que no mucho tiempo ha, decidime a relatarles, en el Otoño de mi vida motera, como una noble mesnada de nobles et gallardos caballeros Endureros, hubimos de blandir fiero con fervor por diezmos infestados de infieles y con viento y marea en contra, como la Invincible Armada...
(Ver: Lusitania Incognita Terram)
Pues habéis de saber que tal cabalgada tuvo su continuacion y es agora menester que os relate lo que allí acontezió.
Ya saben vuesas mercedes, que mucho ha llovido ya desde entonxes i agora con huesos cansados y pelo cano, hállome en disposición de contarlo.
Y -si El Altísimo así lo dispone- alguno de aquellos nobles caballeros quizá al conocer de estas líneas, acuda de nuevo a mi.
Ansí habremos de recordarnos andanças i lances pasados, en torno a buen fuego, buena mesa i mejor mantel.
Pues perdiles la pista i non es agora tiempo de andar en duelos i quebrantos por ello.
Llegada es la hora de contar lo acontecido i que en buena lid sirva.
Ved aquí que el día amaneció también aciago, pues inclementes nos eran los elementos...
Aunque también hubimos de lidiar con extranyos sortilegios, uno de ellos llamado " Bujíam Horribilis Comunicae Tocapelotae" el cual solventamos con fe y oración...
Y una vez desfazimos el entuerto, la dicha fue plena, pues nos acercábamos con presteza a la tierra de los "Cortafuegum Enormibus Noseacabanuncam" de la que la Santa Madre es patrona y vigilante...
Vedlo aquí...
Y tanta era la alegría y tanta la fe en nuestra Santa Madre que por nos velaba, que nuestras monturas se contagiaban de toda aquella fe verdadera, pues parecíanos que en su manto blanco y en su luz cegadora nos acogía...
Aunque a veces la dicha nos cegase y non pudiésemos
contener bravura y casta, que era mucha y buena...
Pero los "Cortafuegum Enormibus Noseacabanuncam" proseguían uno tras otro.
Y a los mismos se aferraba un extraño trasgo llamado "Plaquitam de Hielum Enormibus Tocacataplinae" y alli estaban los fervorosos Caballeros Endureros sin dar cuartel a hereje, infiel o criatura de los avernos que osara hacerles frente...
Y sucedíanse vadeos y otros lances, todos resueltos con gallardía y elegancia, ¡Vive Dios!
Vedlo aquí:
Y sucedierónse también otras lides, todas ellas ganadas a base de mandoble de Tizona et Vizcaína.
Y si no creeis lo que os cuenta este viejo Capitan de los Tercios Viejos, ved aquí este bello lienzo y contemplad mi semblante, que no acusa esfuerzo alguno y no pierde vista de enemigo, cual frío caballero tudesco que antaño ganara toda justa o combate a lomos de adustas monturas...
Y ansí fazimos parada en aldea noble que ante la llegada de tan nobles caballeros acudió presta a rendirnos pleitesía...
No era menester despreciarla...
Ni tampoco cosa que nos faziera de temblar el pulso, pues ya saben vuesas mercedes como se las gasta El Marques de Ricobayo y de la casta de su linaje...
Y tampoco era menester fazer ofensa alguna a los vasallos, que que con cansino andar iban acudiendo...
Algunos con mejor "talante" que "otros"...
Pero siempre con cortesía y humildad ante tan bravos caballeros...
Y ansí retomamos el peregrinaje hacia el santuario de la Santa Madre que nos velaba y protegía...
Mas seguían azorándonos los "Cortafuegum Enormibus Noseacabanuncam" que tan grandes eran que en ellos no se apreciaba apenas nuestra cabalgada, pues poca cosa somos -diminutas criaturas del Senyor- ante la enormidad de su obra...
Y se nos ofrecieron bellos parajes... con también alegres bufones.
Y ansí llegamos al final del lance...
Y nuestra dicha crecía pues era cercana la hora...
De acercarnos a nuestra Senyora...
Y el bravo del Marques, nos dijo:
"Non temais mis nobles compañeros, pues el lance, aunque arduo, siempre estuvo al alcance de mi acero..."
Y al final llegamos...
Y rendimos tributo...
Como buenos caballeros temerosos de Dios... y devotos de su Santa Madre, nuestra Senyora, La Virgen de la Flecha
Y pese a que en este día no nos mostró su semblante, a bien lo hubimos de celebrar, ya en la anochecida, con buena posada y mellor yantar, pues la Santa Madre bien se merece tal pleitesía...
Y ansí fueron las cosas... y ansí las hubimos de contar.
Amén.
Impresionante Maestre Patarran.
ResponderEliminarEspero encuentre a sus bravos caballeros.